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LA GASTROENTERITIS DEL VERANO
Si buscas información acerca de las causas más frecuentes de la gastroenteritis, probablemente, lo que encuentres sea: consumo de alimentos mal conservados, no refrigerados adecuadamente, frutas y verduras que se consumen crudas y no han sido lavadas adecuadamente, consumo de agua contaminada,…
Pero yo tengo muy claro que la causa principal es beberse el agua de la piscina… Sí, sí, lo digo en serio. ¿Qué niño no se pega algún trago de agua de piscina en todo el verano? y son pocos los que se libran de la, tan esperada por los pediatras de urgencias, GASTROENTERITIS.
No sé si alguna vez os he comentado que Rubén habla muuuuuchoooo, bueno, mucho no, muuuuchiissssiiimo. Y por supuesto en la piscina también. Es literal eso de «no se calla ni debajo del agua», con lo que un par de tragos de agua con cloro y algo más (????), sí que se pega en cada baño. Imagina meterte en una bañera grande donde se han bañado otros y beber un poco…. BUAG…
Bueno, pues después de vómitos y diarreas varias, y con el calor que está haciendo, me dió miedo que se deshidratara y, a pesar de que ya sabía cual iba a ser la solución, la preocupación pudo conmigo, y llevé a Rubén al médico de urgencias.
Por supuesto, en el momento en que llegamos al centro de salud no había pediatra, pero eso no me lo dijo la «amable» señorita que me atendió en el mostrador, y le vió una doctora de medicina general (o eso creo, porque tengo la mala costumbre de no ir por ahí pidiendo acreditaciones). Dicha doctora llama a sus pacientes sin levantarse de su silla, desde dentro de su gabinete, cuando entramos y le conté lo que le pasaba al niño no se dignó ni a mirarle, entiendo que al no ser pediatra, y por la edad probablemente ni madre tampoco, te falten muchos conocimientos sobre la edad infantil, pero podría haber hecho un poquito el paripé y mirarle un poquito por encima, ¡que es un niño no un bicho raro!
En vez de eso, me empieza a preguntar que si tengo Primperam, que si tengo no sé qué, y no sé qué más porque apenas la entendía al hablar (y mira que tengo rodaje médico!), se pone a hacer recetas y me pregunta, cuando ya ha hecho la receta, que si tiene 3 o 4 años!!! ¿pero qué dosis me ha puesto esta mujer, si no se ha enterado ni de la edad que tiene ni del peso?
Tan dificil es levantarte de la silla para llamar a un paciente? Decirle que se siente cuando entra a la consulta? Vocalizar cuando hablas? Saludar a un niño de dos años? Mirarle un poco para ver si está deshidratado? palparle el abdomen? mirarle el culo que tiene como la bandera de Japón?…
Me gustaría decir a todo el mundo, y sobretodo a los médicos de atención primaria, por experiencia sé que trabajar de cara al público es muy duro, mucho, pero si no te gusta tu trabajo dedícate a fregar escaleras que es igual de digno y no le tienes que caer bien a nadie, y luego me cuentas qué prefieres.
¿Cólico o reflujo? ¿Cómo diferenciarlo?

¿Cólico o reflujo?
Cuando llegas a casa con tu recién nacido, normalmente, te invade esa sensación de ¿y ahora qué?
Tienes en tus brazos un bebe adorable, y completamente nuevo, al que quieres por encima de todo, pero ¿dónde están las instrucciones…?
La única forma que tiene de comunicarse contigo es llorando, y, por lo tanto, llorará cada vez que sienta algo que le incomode, esto es, que tiene hambre, sueño, frío, calor,… esto es lo básico, pero también llorará si le pica algo, si tiene caca, o si está incómodo en esa posición.
Bueno, hasta ahí es lo normal, pero qué pasa si ya has comprobado todo esto y tu bebe sigue llorando, si come y llora o si aun teniéndole en brazos llora, y llora, horas y horas. Entonces es que algo está pasando más allá de lo normal y te recomiendo que acudas al médico.
Entre las cosas que le pueden pasar es que tu bebe sufra de cólicos o de reflujo gastroesofágico, y voy a intentar ayudarte a que lo distingas.
En el caso del cólico del lactante hay una regla de oro que es la regla del tres, así si el bebe llora más de tres horas seguidas, durante más de tres días seguidos desde hace más de tres semanas, se considera cólico del lactante. Bueno, yo no soy médico pero no estoy de acuerdo con esto principalmente por una razón, ¿por qué y cómo vas a esperar tres semanas dejando al niño llorar desconsoladamente, ya que es un llanto de dolor, para diagnosticar un cólico? ¿a quién se le pasaría eso por la cabeza?
En relación con esto, el doctor Barry Lester, director de la clínica del cólico de la Universidad de Brown, dice » me gustaría que los pediatras tomaran más en serio la cuestión de los cólicos, que trataran las causas físicas, lograran organizar a las familias para afrontar los momentos de caos y ofrecieran las herramientas emocionales que necesitan para sobrellevar este problema».
Bueno los principales síntomas del cólico del lactante son:
• Llanto excesivo de varias horas de duración que no se consuela con nada.
• El bebe encoge las piernas hacia el abdomen.
• Cierra y aprieta los puños.
• Abdomen distendido (parece un tambor).
• Estos episodios suelen aparecer por la tarde-noche, el resto del día están asintomáticos.
• La ganancia de peso es normal.
• Cuando lloran se pueden calmar con la posición del puma en el árbol, esto es cogiendole sobre el antebrazo, con su abdomen apoyado en el antebrazo.
En el caso del reflujo gastroesofágico, normalmente, el síntoma más común son los vómitos, pero no siempre el niño con reflujo llega a vomitar. Otros síntomas del reflujo son:
• Cuando el ácido sube por el esófago le produce una desagradable sensación de quemazón que se traduce en llanto inconsolable que puede durar horas y aunque el bebe esté en brazos sigue llorando.
• A diferencia del cólico, cuando el niño tiene reflujo tiene que estar en posición vertical, así es que al tenerle en brazos habrá que ponerle vertical y no boca abajo.
• Fabrica mucha saliva, para neutralizar el ácido que está en el esófago.
• Cuando está durmiendo se despierta irritado sin causa aparente.
• Puede ser que rechace el alimento, o , algo que es típico del reflujo, que cuando termina de comer llora arqueando la espalda hacia atrás.
• Frecuentes dolores abdominales.
• Rumiación: da la sensación de que el niño «traga en seco».
• Mal aliento.
• Alteraciones de conducta.
• Hipo frecuente.
• Tos persistente.
• Neumonías recurrentes por aspiración de vómito.
Además, en el caso del reflujo hay pruebas que lo pueden corroborar, como una ecografía después de haber comido, una radiografía con contraste o medir el ph en el esófago con un sonda durante 24h.
¿Cómo sé si mi bebé tiene reflujo?
- ¿Cómo sé si mi bebé tiene cólicos?
Aunque el síntoma más común son los vómitos frecuentes y en gran cantidad, no es el único.
De hecho, en nuestro caso, no había vómitos, ni en pequeña ni en gran cantidad.
También puedes notar que el bebé llora sin causa y se muestra irritable. Este era el principal síntoma de Rubén. También que rechaza el biberón, arqueando la espalda hacía atrás, porque asocia comer con una desagradable sensación de ardor.
Lo que causa el reflujo al bebé es el mal funcionamiento del esfínter (o válvula) que hace que el contenido del estómago suba por el esófago hasta la boca. En la mayoría de los casos se debe a la inmadurez del sistema digestivo, que suele corregirse a partir de los seis meses.
Es entonces cuando el bebé empieza a estar más erguido, ya que estar en posición horizontal dificulta la digestión, y cuando comienza a incorporar en su dieta alimentos sólidos que también ayudan a disminuir el reflujo. Para aliviar el reflujo gástrico conviene mantener al bebé en posición vertical un rato después de alimentarlo así como darle de comer más veces menos cantidad.
También se puede espesar la leche a partir del tercero o cuarto mes. Elevar el cabecero de la cuna y no llevarle en el capazo también mejorarán la calidad de vida del bebé.
Reflujo infantil (II)
Es probable que quieras saber más sobre eso del reflujo gastroesofágico.
Tienes varias opciones. Una buscar en internet. Otra, seguir leyendo.
El esófago es un canal muscular que conduce los alimentos de la boca al estómago. En la parte inferior de ese músculo está el esfínter que funciona como una válvula que se abre para que el alimento pase al estómago, y se cierre para evitar que el alimento vuelva. Cuando el esfínter no funciona bien, sea por su inmadurez o por su debilidad, el alimento acaba por volver al esófago y de ahí a la boca, provocando mucha acidez y vómitos.
Eso es lo que ocurre cuando el bebé sufre de reflujo gastroesofágico, un trastorno digestivo muy común en los bebés. Se considera que el síntoma más común son los vómitos frecuentes y en gran cantidad, aunque en nuestro caso esto no ha sido así.
Aparte de eso, se puede notar que el bebé llora aparentemente sin motivo y con persistencia, se muestra irritable, tiene dificultad para dormir, tose con frecuencia, da arcadas, y se niega a comer. Consecuentemente, lo normal es que el bebé no gane peso o incluso lo pierde, no crece, o puede, en casos más crónicos, tener una inflamación en el esófago, e incluso llegar a tener una úlcera.
¿Intolerancia?

¿Intolerancia a la lactosa?
En esa semana fui al otro doctor para pedir una segunda opinión y después de decirme que el niño estaba bien pero que, por los síntomas, parecía que la leche no le sentaba bien, me dio un bote de Nutramigen para probar.