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PostHeaderIcon Viajar es un ¿placer?

¡Qué distinto se ve todo cuando tienes niños! ¿verdad?

Cuando no tienes hijos, llegan las vacaciones de verano y empiezas: unos días en la playa a un TI, otros días a casa de Fulanito que tiene un chalet en la sierra de …, otros días me cojo un avión y me planto en Ibiza o en Londres de compras, y no pueden faltar las fiestas de mi pueblo que hacen capea y eso me gusta mucho… Por supuesto, antes de volver al trabajo me paso por la peluquería y me arreglo los desarreglos del sol y la playa y vuelvo al curro como nuevo.

Pero cuando tienes hijos… digamos que es un poco diferente, bueno MUY DIFERENTE.

Para empezar por el principio, empezamos preparando el equipaje. Y es que viajar con niños menos de tres días NO COMPENSA. El equipaje que llevas es ‘toda la casa’ y da igual que sea para tres días que para veinte. Entre la cuna de viaje, el carro y la bolsa de los juguetes ya tienes el maletero lleno, a ver dónde metes ahora el resto: las maletas de la ropa, los zapatos, el aseo (con bañera de viaje incluida), las medicinas (¿por qué siempre parece que vamos a un sitio dónde no hay civilización y resulta que vamos a Benidorm?), la comida del bebe ( leche, cereales, biberones, potitos o purés), el DVD portatil y las peliculas, la sombrilla (mi recomendación es comprarla allí y tirarla cuando vuelvas) y todos los aperos de la playa (flotador, cubo y pala, toallas, cremas, esterillas,…).

Por supuesto puedes ir a la playa, pero ya no vas a un hotel sino a un aparthotel, apartamento o casa de algún familiar, porque a ver como te apañas con las comidas de un bebé, biberones, purés,… en una habitación de un hotel sin microondas ni nevera, y cuando llega la hora de dormir ¿qué? ¿a las diez todos a la cama?. En un apartamento te puedes olvidar del TI y en casa de algún familiar (esto es padres o suegros) te puedes olvidar de la intimidad.

Cuando bajas a la playa tampoco encuentras la tranquilidad deseada, pues si el niño es pequeño no puedes pasear, te quita la sombra de la sombrilla y darse un baño consiste en sentarse en la orilla con el culo lleno de arena.

Las fiestas del pueblo tampoco se plantean igual, por un lado los niños en el pueblo tienen más libertad (según edad, claro), no estás tan pendiente de ellos, los abuelos te quitan un poco de carga, etc… pero como la casa del pueblo esté a pocos metros de la plaza y el niño sea de mal dormir, te pasas toda la noche bailando el ‘Paquito el Chocolatero’ sin quererlo.

Dicho todo esto, creo que no es necesario hablar de irse de compras a Londres o destinos más glamurosos.

Cuando vuelves de las vacaciones estás deseando volver al trabajo para poder descansar y dejar de ser ‘mamaaaaaaa’ para volver a ser ‘persona adulta’. Pero cuando llevas un día trabajando añoras los días de playa con tus niños, porque se han olvidado los malos ratos y sólo te acuerdas de las siestas, la paellita, los helados, el olor del aftersun, y un montón de fotos más que nunca revelarás pero que estarán siempre en tu memoria.

¡¡¡FELICES VACACIONES!!!

 

 

Soy de la familia Madresfera!