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¿Cólico o reflujo? ¿Cómo diferenciarlo?
Cuando llegas a casa con tu recién nacido, normalmente, te invade esa sensación de ¿y ahora qué?
Tienes en tus brazos un bebe adorable, y completamente nuevo, al que quieres por encima de todo, pero ¿dónde están las instrucciones…?
La única forma que tiene de comunicarse contigo es llorando, y, por lo tanto, llorará cada vez que sienta algo que le incomode, esto es, que tiene hambre, sueño, frío, calor,… esto es lo básico, pero también llorará si le pica algo, si tiene caca, o si está incómodo en esa posición.
Bueno, hasta ahí es lo normal, pero qué pasa si ya has comprobado todo esto y tu bebe sigue llorando, si come y llora o si aun teniéndole en brazos llora, y llora, horas y horas. Entonces es que algo está pasando más allá de lo normal y te recomiendo que acudas al médico.
Entre las cosas que le pueden pasar es que tu bebe sufra de cólicos o de reflujo gastroesofágico, y voy a intentar ayudarte a que lo distingas.
En el caso del cólico del lactante hay una regla de oro que es la regla del tres, así si el bebe llora más de tres horas seguidas, durante más de tres días seguidos desde hace más de tres semanas, se considera cólico del lactante. Bueno, yo no soy médico pero no estoy de acuerdo con esto principalmente por una razón, ¿por qué y cómo vas a esperar tres semanas dejando al niño llorar desconsoladamente, ya que es un llanto de dolor, para diagnosticar un cólico? ¿a quién se le pasaría eso por la cabeza?
En relación con esto, el doctor Barry Lester, director de la clínica del cólico de la Universidad de Brown, dice » me gustaría que los pediatras tomaran más en serio la cuestión de los cólicos, que trataran las causas físicas, lograran organizar a las familias para afrontar los momentos de caos y ofrecieran las herramientas emocionales que necesitan para sobrellevar este problema».
Bueno los principales síntomas del cólico del lactante son:
• Llanto excesivo de varias horas de duración que no se consuela con nada.
• El bebe encoge las piernas hacia el abdomen.
• Cierra y aprieta los puños.
• Abdomen distendido (parece un tambor).
• Estos episodios suelen aparecer por la tarde-noche, el resto del día están asintomáticos.
• La ganancia de peso es normal.
• Cuando lloran se pueden calmar con la posición del puma en el árbol, esto es cogiendole sobre el antebrazo, con su abdomen apoyado en el antebrazo.
En el caso del reflujo gastroesofágico, normalmente, el síntoma más común son los vómitos, pero no siempre el niño con reflujo llega a vomitar. Otros síntomas del reflujo son:
• Cuando el ácido sube por el esófago le produce una desagradable sensación de quemazón que se traduce en llanto inconsolable que puede durar horas y aunque el bebe esté en brazos sigue llorando.
• A diferencia del cólico, cuando el niño tiene reflujo tiene que estar en posición vertical, así es que al tenerle en brazos habrá que ponerle vertical y no boca abajo.
• Fabrica mucha saliva, para neutralizar el ácido que está en el esófago.
• Cuando está durmiendo se despierta irritado sin causa aparente.
• Puede ser que rechace el alimento, o , algo que es típico del reflujo, que cuando termina de comer llora arqueando la espalda hacia atrás.
• Frecuentes dolores abdominales.
• Rumiación: da la sensación de que el niño «traga en seco».
• Mal aliento.
• Alteraciones de conducta.
• Hipo frecuente.
• Tos persistente.
• Neumonías recurrentes por aspiración de vómito.
Además, en el caso del reflujo hay pruebas que lo pueden corroborar, como una ecografía después de haber comido, una radiografía con contraste o medir el ph en el esófago con un sonda durante 24h.
Una semana sin ranitidina.
Llevamos aproximadamente una semana sin darle la ranitidina.
Tras más de un año teniendo que añadir al biberón de la mañana y al de la noche el dichoso preparado, hace ya más de 7 días que nos hemos librado del engorro.
Del engorro de preparar la dosis y añadirla al biberón, del engorro de ir a por ella a la farmacia, y del engorro de tener que pagar la receta íntegramente porque la pediatra de la seguridad social, sin especialidad en aparato digestivo infantil conocida, a los 6 meses decidió que Rubén ya no necesitaba seguir tomando su medicina.
Y lo mejor es que parece que ya no le hace falta. Sigue comiendo más o menos bien. Y cuando no come o no duerme bien, es bastante probable que sea por los dichosos dientes, o por los interminables mocos (merecen un capítulo aparte).
¿Cómo sé si mi bebé tiene reflujo?
Aunque el síntoma más común son los vómitos frecuentes y en gran cantidad, no es el único.
De hecho, en nuestro caso, no había vómitos, ni en pequeña ni en gran cantidad.
También puedes notar que el bebé llora sin causa y se muestra irritable. Este era el principal síntoma de Rubén. También que rechaza el biberón, arqueando la espalda hacía atrás, porque asocia comer con una desagradable sensación de ardor.
Lo que causa el reflujo al bebé es el mal funcionamiento del esfínter (o válvula) que hace que el contenido del estómago suba por el esófago hasta la boca. En la mayoría de los casos se debe a la inmadurez del sistema digestivo, que suele corregirse a partir de los seis meses.
Es entonces cuando el bebé empieza a estar más erguido, ya que estar en posición horizontal dificulta la digestión, y cuando comienza a incorporar en su dieta alimentos sólidos que también ayudan a disminuir el reflujo. Para aliviar el reflujo gástrico conviene mantener al bebé en posición vertical un rato después de alimentarlo así como darle de comer más veces menos cantidad.
También se puede espesar la leche a partir del tercero o cuarto mes. Elevar el cabecero de la cuna y no llevarle en el capazo también mejorarán la calidad de vida del bebé.
Reflujo y sueño.
Uno de los problemas relacionados con el reflujo infantil son las “alteraciones” del sueño. Se supone que los bebés principalmente comen y duermen. Pues con Rubén de eso nada.
Darle de comer es complicado, y sobre todo bastante angustiante, pues se ve que él quiere comer, pero hay algo (ahora sabemos que es el reflujo) que le impide hacerlo normalmente.
Tampoco se pasa todo el día durmiendo. Ni mucho menos. De hecho, durante el día, difícilmente conseguimos que se eché 3 cabezadas. Una a media mañana, otra después de comer y otra a última hora de la tarde, de menos de media hora. Esto, en el mejor de los casos.
Reflujo infantil (II)
Es probable que quieras saber más sobre eso del reflujo gastroesofágico.
Tienes varias opciones. Una buscar en internet. Otra, seguir leyendo.
El esófago es un canal muscular que conduce los alimentos de la boca al estómago. En la parte inferior de ese músculo está el esfínter que funciona como una válvula que se abre para que el alimento pase al estómago, y se cierre para evitar que el alimento vuelva. Cuando el esfínter no funciona bien, sea por su inmadurez o por su debilidad, el alimento acaba por volver al esófago y de ahí a la boca, provocando mucha acidez y vómitos.
Eso es lo que ocurre cuando el bebé sufre de reflujo gastroesofágico, un trastorno digestivo muy común en los bebés. Se considera que el síntoma más común son los vómitos frecuentes y en gran cantidad, aunque en nuestro caso esto no ha sido así.
Aparte de eso, se puede notar que el bebé llora aparentemente sin motivo y con persistencia, se muestra irritable, tiene dificultad para dormir, tose con frecuencia, da arcadas, y se niega a comer. Consecuentemente, lo normal es que el bebé no gane peso o incluso lo pierde, no crece, o puede, en casos más crónicos, tener una inflamación en el esófago, e incluso llegar a tener una úlcera.
Ranitidina y farmacias.
Hoy, como cada uno de los últimos viernes, tras salir del pediatra, me he marchado con mi receta de ranitidina a la farmacia.
Primero he ido a la farmacia donde solemos ir. Me han dicho que me la tenían para mañana por la tarde, y como prefería tenerla antes, y en la zona en la que vivo hay varias farmacias, he decidido probar en otra.
En la segunda directamente me han dicho que ellos no hacen formulas. Me he quedado bastante sorprendida, pues yo pensaba que era algo que tenían que hacer obligatoriamente. Ya veo que no es así.
En la tercera, dónde no volveré a ir a no ser que sea la única farmacia abierta en un radio de varios kilómetros, ha ocurrido lo siguiente. Entro y tres dependientes atienden a un solo cliente. Cuando por fin una se decide a atenderme, al ver la receta pone mala cara y me dice también que hasta mañana por la tarde no me la podría tener. Al ver que su compañera echa un vistazo a la receta le dice: “si quieres prepararla tú…”, a lo que le responde: “ufff, no, estamos con la facturación de final de mes.”
Claro está, le he explicado a la señorita que me parecía de bastante mal gusto que pusiera por delante de la salud de un bebé de 3 meses su facturación, pues es una medicina que necesita. Más aún teniendo en cuenta que: a) no estaba ella sola trabajando en la farmacia y b) ni siquiera era el último día de mes.
Al final me he tenido que ir a la farmacia de siempre y dejar la receta para tenerla mañana por la tarde. No tengo claro cual es el proceso de preparación de la ranitidina, pero está claro que se debe de tardar mucho en prepararla.
Adiós capazo. Adiós.
En vista de que los síntomas parecían idénticos, decidimos probar algunas de sus recomendaciones.
- Ese mismo día el capazo partió rumbo al trastero. En su lugar comenzamos a utilizar únicamente el portabebé.
- Por otro lado, elevamos unos grados el cabecero de la cuna y del cambiador.
- Por supuesto, cambiamos a una leche A.R. (anti reflujo).
En esos 2 meses, Rubén había ido cogiendo peso, que es lo único que parecía importar. Estaba en torno al percentil 25.
Con la leche A.R. y el resto de pequeños cambios, y con algo más de conocimiento, las cosas fueron poco a poco cambiando.
Conseguíamos que se tomase los biberones enteros, sin llorar, y sin arquear la espalda. Conseguíamos salir a pasear con él en el portabebé (aunque no demasiado tiempo), y no teniéndolo que llevar en brazos como hasta ahora.
Eso si, no había manera de que durmiera durante el día, y la mayor parte del tiempo había que tenerlo en brazos.
¿Síntomas similares?
Al día siguiente, sábado, decidimos pasar el día en algún centro comercial. Total, llorar va a seguir llorando, pero así no le oigo sólo yo.
Mala idea. TODO el día estuvo llorando. Imposible dejarle en el capazo. Le cogíamos, le tranquilizábamos, se medio dormía, le dejábamos en el carro, y…. BUAAAAAA!
¿Como puede haberse acostumbrado a los brazos tan pronto? ¿qué hago con él? Pero si no voy a poder ni mear. Cuando le tocaba comer, comía poco, se quejaba y se estiraba para atrás arqueando la espalda. Cuando terminó el día estábamos desesperados.
Llegamos a casa desquiciados porque en el trayecto en coche TAMBIÉN lloraba. Yo sólo quería llorar, bueno, eso y desaparecer…
– Vamos a llamar a Ignacio para ver si los síntomas de su peque, Álvaro, eran los mismos. (Mi marido)
– Pero los síntomas cuales son ¿que llora cuando no está en brazos? Cualquiera te dirá que eso es que tiene bracitis.
– Bueno por intentarlo no perdemos nada…
Mi marido llamó a nuestro amigo para preguntarle los síntomas de su hijo, diagnosticado de reflujo y, ¡EUREKA!:
- Cuando come se queja y se arquea para atrás.
- Saliva y traga constantemente.
- Parece que se le viene la comida a la boca, pero no vomita.
- El capazo no lo quiere ni en pintura.
- Sólo quiere estar en brazos y en posición vertical.
- Llora todo el día.
Coincidía prácticamente todo, pero entonces, ¿por qué la ranitidina no le hace efecto?
Por lo visto ellos le daban la ranitidina y además le daban una leche AR que, al ser más espesa, no se le sube tanto. Entonces decidimos empezar a darle a Rubén la misma leche (Blemil AR) y la ranitidina. Pero no sólo dos veces al día, ya que siempre escupía parte del jarabe, sino que introdujimos una dosis más al día para contrarrestar lo que escupía.
Reflujo, ranitidina y porcentajes.
Cuando llevaba una semana tomando Ranitidina, el destino quiso que me enterara de que el hijo de unos amigos, diagnosticado de reflujo, estaba tomando también ranitidina y había mejorado mucho, pero su ranitidina era al ¡20%!
¿Cómo puede ser? Pero si en mi bote pone al 1%. Sí, no me he equivocado, al 1%. ¿Cómo puede haber tanta diferencia? Vale que mi hijo es un poco más pequeño, tiene tres meses menos, pero… ¿cómo puede haber tanta diferencia?… No me lo explico.
Volví a la doctora y le conté que seguía igual. Según ella la ranitidina ya debería haber hecho efecto, pero ¿cómo le digo yo que si la dosis es un poco baja? Yo no puedo hacer eso, a lo mejor depende de la cantidad o de… no sé, nunca se me han dado bien las equivalencias, se lo preguntaré a la farmacéutica.
Me volvió a mandar una semana más lo mismo, pero,además, le vamos a hacer un cultivo de heces y me apuntas cuando llora de forma inconsolable, si ha comido, cuánto, cuándo,… para ver si lo relacionamos con algo.
Pues cuando fui a encargar la ranitidina a la farmacia le pregunté a la farmacéutica si la dosis era la normal para estos casos, le explico el peso de mi hijo y el caso de mis amigos y me reconoce que es una dosis baja, pero que ellos hacen lo que les manda el doctor claro.
¿Me están tomando por tonta o qué? qué es esto, ¿el efecto placebo? ¿Es que como soy primeriza soy tonta o qué? ¿Que no sé si mi hijo llora?. Salí de la farmacia tan enfadada, que tenía que hacer algo, estaba dispuesta a remover Roma con Santiago… ¿Yo no conozco a ningún farmacéutico?…SIIII, bueno, no realmente, pero tengo una amiga que tiene una amiga… ya sabéis… El caso es que llamé a mi amiga y se lo conté, y ella, a su vez, llamó a su amiga farmacéutica para preguntarle, y así me confirmaron que la dosis estaba bien (depende del peso del niño y lo que importa son los mg/kg/día).
Mi gozo en un pozo… o sea que eso no es, no es reflujo porque sino le habría hecho efecto la ranitidina. Entonces… ¿será que es llorón? ¿y que le estamos acostumbrando a los brazos?
¿Reflujos?
Una semana después de estar con Aerored y carminativo, Rubén seguía estando igual.
Llorando todo el día, aproximadamente de 9h a 23h, dormía ratitos de 10 minutos pero en cuanto le dejabas en la cuna volvía a empezar, no se calmaba al cogerle ni nada, pero además empezamos a notar otros síntomas, ahora saliva y traga mucho, constantemente, y parece que le moleste al hacerlo, además, al eructar parece que le vuelve la comida.
Yo sigo con mis búsquedas por internet, pero ahora me intereso por los síntomas del reflujo, que, generalmente, son los vómitos, pero Rubén no vomita, es posible que tenga reflujo sin vomitar? (yo estoy segura de que el estómago le molesta), entonces leí la historia de una mamá que decía que su bebé tenía cólicos pero no se calmaba ni con paseos ni en el coche y que le diagnosticaron reflujo; y yo pensé, pues a Rubén le pasa igual… y volví al médico.
Le conté a la doctora los nuevos síntomas y decidió probar con Ranitidina, un jarabe que te hacen en la farmacia a la concentración que marca el doctor:
1ml cada 12 horas, le dejamos de dar carminativo y volvéis la próxima semana.
La Ranitidina es un medicamento que sirve para disminuir la acidez de los fluidos gástricos que, en las personas con reflujo, vuelven hacia el esófago, lo irritan y les produce dolor. Recuerdo muy bien este día porque fue un día especialmente duro, Rubén estuvo muy mal, lloraba ‘con rabia’ todo el día. No había forma de calmarlo, estaba como loco (al recordarlo me dan ganas de llorar) y yo estaba deseando que en la farmacia me prepararan el medicamento para empezar a dárselo lo antes posible, fue eterno. Pero se lo di, se lo di durante toda la semana y… ¡todo seguía igual!
No me lo podía creer, pero si yo estaba segura de que era eso…