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PostHeaderIcon Estreñimiento ¿enema o laxante?

 

pato haciendo caca

http://druida-educa.blogspot.com.es

Como la mayoría de vosotros sabréis, lo normal en un niño al que se le retira el pañal es que tienda a estreñirse, pues por no hacer caca en el váter se aguanta y eso va provocando el estreñimiento.

No sé si ese ha sido el motivo o no, pero en los últimos días he tenido que llevar a Rubén al médico por problemas intestinales y me surgen algunas preocupaciones.

Para atajar el estreñimiento, básicamente, tenemos dos vías, por arriba o por abajo. Creo que está bastante claro, no?

Si es ‘por arriba’, lo vamos a mal-llamar laxante. Y dentro de este grupo nos encontramos con:

– Lubricantes, su propio nombre indican su mecanismo de acción, resbalan.

– Estimulantes, aumentan la contracción intestinal, y dan unos retortijones de la leche.

– Incrementadores del bolo intestinal, o fibras artificiales.

– Laxantes osmóticos, retienen agua por lo que las heces se ablandan.

Todos ellos tiene efectos secundarios varios, lo cual es lógico ya que pasan por todo el tracto digestivo y se absorben en mayor o menor medida

Si es ‘por abajo’, pueden ser enemas (en forma líquida) o supositorios de glicerina, ablandan las heces retenidas y/o endurecidas, pero producen irritaciones locales importantes, pues al salir una caca dura el niño se puede hacer daño con lo cual pueden producir un aumento posterior del estreñimiento durante las 48 horas siguientes a su administración.

Entonces, mi pregunta es ¿cuál es la mejor solución cuando se presenta un problema de estreñimiento ocasional?

Ya sé que lo mejor es que no se dé esta situación con una dieta rica en fibra (verdura, fruta y legumbre a cascoporro), beber mucha agua, actividad física ( que en niños ya se presupone). Pero seamos realistas, que a todos nos puede pasar.

Yo he tenido recomendaciones dispares de dos pediatras distintos. Uno me dijo que lo mejor era darle un laxante para que se ablandaran las heces y salieran sin problema  el otro me ha mandado un enema.

 

 

PostHeaderIcon Remedios para la tos

Como ya sabéis la tos es un mecanismo reflejo que utiliza nuestro organismo, bien para eliminar algún cuerpo extraño, gérmenes o mucosidad excesiva o bien por irritación de las vías aéreas.

Las recomendaciones básicas son:

-BEBER LÍQUIDOS
Completar la dieta del pequeño con muchos líquidos. Si el organismo está bien hidratado, las mucosas se secan menos.

-HUMIDIFICAR EL AMBIENTE

Esto se puede hacer con un humidificador normal o bien, si no se dispone de este aparato, se puede llevar al bebé al baño y abrir los grifos del agua caliente, hasta que la condensación se aprecie en el espejo. La humedad tiene un efecto protector de la mucosa: en cambio, el aire seco y caliente producido por la calefacción es contraproducente para las mucosas.

-MEDICAMENTOS
Administrar al niño jarabes y otros medicamentos por vía oral o inhalatoria (aerosol) únicamente si los ha prescrito el pediatra.

Dentro de los medicamentos para la tos hay que tener en cuenta:

Lo primero si la tos es productiva o no, una tos productiva (al toser se oyen flemas) no se debe tratar con antitusivos (cortan la tos) porque el cuerpo está intentando eliminar mocos y si paramos la tos esos mocos se quedarán en su cuerpo provocando otras infecciones más graves, por lo que hay que favorecer la expectoración y fluidificar las mucosidades para que salgan.

Si la tos no es productiva es cuando el médico debe valorar si conviene mandar antitusivos o no, en función de si la tos impide el normal descanso y alimentación del niño, o si le afecta mucho en su vida cotidiana.

-REMEDIOS NATURALES


Todo un clásico, el truco de la cebolla. Es un truco que conocen muchas mamás y que funciona muy bien: poner una cebolla cortada cerca del niño cuando duerme. Los vapores de ácido alílico que emana la cebolla abierta han demostrador ser un buen sedante para la tos.

Unas cucharadas de miel ayudan a combatir la tos tanto como algunos de los jarabes antitusivos que encontramos en la farmacia. Nunca dar miel a menores de 1 año.

Para detener la tos nocturna en un niño, echar Vick Vaporub generosamente sobre las plantas  de los pies y luego cubrir con calcetines. Aunque parezca increíble, funciona!.

Acudir al médico ante cualquier síntoma que nos alarme como:

– Decaimiento.

– Fiebre alta.

– Dificultad para respirar.

– Ruidos o pitidos al respirar.

– La tos que se inicia súbitamente y se acompaña de dificultad respiratoria grave puede corresponder a la aspiración de un cuerpo extraño.

PostHeaderIcon Odio la tos!!!!

tos

http://remediosparalatos.blogspot.com.es

ODIO LA TOS!!!!

Sí, ya sé que la tos es un acto, a veces reflejo y otras no, que nos sirve para mantener las vías aereas libres de obstáculos, que impide que nos atragantemos y nos ayuda a expulsar mucosidades para que no se nos vayan a los pulmones, y bla bla bla…

También sé que la tos puede ser:

Seca: Puede ser molesta porque irrita la garganta, sin mucosidad.

Productiva: también llamada “tos blanda”, en general, sigue a la tos seca y se caracteriza por una abundante producción de moco.

Todo eso ya me lo sé, lo que pasa es que cuando te pasas toda la santa noche oyendo toser a tu hijo pierde su gracia, la verdad. Y si, además, le hace vomitar lo poco que come, ya sí que no le encuentro ni p… gracia.

Pues por requetegésima vez voy al médico para estar segura de que es sólo tos y nada más, y después de estar una hora en la sala de espera, intentando que no se mezcle con otros niños también enfermos, que no se tire al suelo lleno de bacterias, que no toque los juguetes mugrientos de la sala,… intentando salvarle de, posiblemente, la única enfermedad que no hayamos tenido ya, esto es, LA SIGUIENTE,…. para que por requetegésima vez me den palmaditas en la espalda diciéndome que es sólo un catarro,  mucha hidratación y a casita.

Una aclaración, soy una persona adulta y ligeramente inteligente, vamos, lo suficiente para saber que por mucho que yo intente, al final, no puedo ni debo impedir que juegue en la sala de espera del médico, ni con otros niños enfermos, ni estoy constantemente limpiándole las manos, etc… ¡pero si va a la guardería! ¿qué se va a comer que no se haya comido ya? (imagínense ustedes lo que les apetezca). Es sólo, que en mi fuero interno no puedo evitar ver gérmenes por todas partes, que hasta me saludan desde las manos de mi hijo con la sonrisita burlona, de aquel que se sabe la batalla ganada.

En próximos post hablaremos de remedios naturales para la tos, ya que los médicos no son muy dados a mandar nada.

 

 

 

PostHeaderIcon NUNCA DEJARÁ DE SORPRENDERME

bebe sorprendido

Con la vuelta de las vacaciones volvemos a las revisiones médicas de Rubén, las normales de los dos años, pero además, había algunas cositas que han surgido durante el verano que quería comentar al pediatra. Como ya he comentado en otros post, normalmente la respuesta de estos facultativos suele ser «es normal, no le obligues, mucho suero,…» pero aún así yo lo sigo intentando.

Durante todo el período estival el pequeño ha estado padeciendo, lo que en argot médico se llama epistaxis, o sea, sangrados nasales varios y con bastante frecuencia. La primera vez que le pasó no le dimos importancia pero tantas veces se ha repetido que ya nos empezaba a alarmar. De hecho un fin de semana le llevamos a urgencias porque nos asustamos. Son episodios que duran poco pero que se repiten hasta cuatro veces al día.

El caso es que esta vez, que se lo he vuelto a comentar, le ha mandado hacerse análisis para ver la coagulación y los niveles de hierro. En cuanto escuché salir de su boca la palabra ANÁLISIS se me puso la carne de gallina.

No te confundas, a mí no me dan miedo las agujas, no le tengo ningún miedo a los análisis, ni a la sangre, ni me mareo con esas cosas, NOOO… Es que no me podía ni imaginar cómo le iban a hacer análisis a Rubén, ¡¡¡pero si sigue llorando cuando entramos al médico!!! ¿¿¿¿ cómo le van a poner una goma en el brazo, mantenérselo estirado, encontrar la vena y sacar los tubos de sangre correspondientes sin que se mueva????. Y además, en ayunas!!!, pero si nada más levantarse lo primero que pide es el ‘bibe’!!!

¿Cuántas veces tendré que vivir para que deje de sorprenderme?

Llegamos al centro de salud y nos colocamos en la puerta de la sala de análisis para que las enfermeras pudieran ver bien lo que les esperaba a continuación y a ninguna le diera por irse a desayunar en ese momento. Nos dijeron que esperáramos a que se vaciara la sala, fue bastante rápido, y pasamos. Al entrar en la sala Rubén iba diciendo ‘no, no,..’ pero cogido de la mano de mamá, y con Dibo en el otro brazo, entró y se sentó en la silla encima de mí.

Debo decir que las enfermeras estuvieron muy atentas y cariñosas con él, y aunque al principio parecía que se iba a revolver y a salir corriendo de allí, nada más lejos de la realidad, pues le pusieron la goma, primero en un brazo y luego en el otro, le palparon para ver dónde pinchar y sólo cuando notó el pinchazo dio un respingo y se puso a llorar un poco. Y digo un poco, nada más, porque no habían terminado de llenar los tubos cuando ya había dejado de llorar.

Yo, que me imaginaba un niño endemoniado, llorando y pataleando, que me echaban de la sala para no ver el espectáculo y que nunca podría volver por el centro de salud con la cabeza bien alta, me tuve que comer mis prejuicios y admitir que mi ‘bebé’ ha crecido y ha cambiado tanto que me ha vuelto a sorprender.

 

 

 

PostHeaderIcon Baja por enfermedad

Baja por enfermedad

Baja por enfermedad

Después de un mes y medio comiendo fenomenal y tres días durmiendo del tirón, me había pensado que eso de las flemas y la tos, los mocos y el ‘no comer’ era cosa del pasado…

¡Cómo puedo ser tan tonta! ¡Qué facil es hacerse ilusiones!… Llega el sábado y volvemos a empezar. Otra vez fiebre, otra vez mocos, flemas, tos,… no comer, no dormir, no descansar… Es como si nos hubiéramos reseteado y empezáramos desde el principio.

Por supuesto, el martes, y no antes porque ya sabéis que si lleva menos de tres días de fiebre mi doctora no me hace caso, le llevé al médico. Fundamentalmente para que le mirara los oídos y el pecho, ya que nunca se sabe. Y después de mirarle el resultado fue…. CATARRO, con las consabidas instrucciones de hidratación, aspiración de mocos y la no obligación a comer.

Pero lo que más me llamó la atención es que me preguntó: ¿lo del reflujo qué tal lo lleva? ¿notas algún síntoma? ¿vomita?… Ojiplática me quedé, ahora me pregunta que ¿qué tal el reflujo? Ahora que el niño se come los cocidos doblados (es una forma de hablar), cuando ya tiene casi 18 meses, la misma persona que cuando Rubén cumplió los seis meses decidió retirarle la ranitidina sin hacer un periodo de adaptación o prueba, y que me tuve que buscar la vida para poder seguir dándosela.

Bueno lo del catarro es lo de menos, o mejor dicho es lo de siempre. Lo peor es hasta que arrancamos otra vez a comer y dormir, bueno mejor dicho a comer porque lo que es dormir Rubén no ha arrancado nunca a dormir. Y hasta que se le pasa la tonteria de haber estado malito, que no es lo malos que se ponen es lo blanditos que se quedan, se acostumbran a que estés siempre pendiente de ellos, le coges más y tienes más miramientos y se creen que pueden volver a llorar por todo y conseguirlo.

 

PostHeaderIcon Reflujo infantil.

No queríamos volver a equivocarnos, por lo que decidimos buscar un especialista infantil en el tema.

Por suerte buscando por internet encontramos uno, con bastante buena fama, relativamente cerca de casa, y al que podíamos ir.

Entramos y le relatamos los síntomas. Llora mucho y aparentemente sin causa; se muestra muy irritable; al poco de empezar a comer, rechaza la comida, y arquea la espalda.; no duerme apenas durante el día; si logramos dormirle en brazos, a los pocos segundos de acostarle se despierta llorando.

Cuando terminamos, el doctor nos dijo que esos eran síntomas claros de reflujo. Empezó a explorarle y al finalizar nos confirmó que efectivamente, tenía reflujo. Nos dijo que aumentáramos un poco la dosis y que, en lugar de dárselo únicamente en el desayuno y la cena, que se lo diéramos también en la comida. Desde entonces es el médico que le sigue y le cambia la dosis cuando es necesario.

PostHeaderIcon Vuelta al pediatra

Bueno, pues ya que queda claro que a quien hay que dar la murga es a la de la seguridad social, allá que voy yo con mi cara de tonta y todo mi tiempo libre.

A la semana siguiente vuelvo y le cuento lo de la diarrea y todo lo demás.

– Puede ser una intolerancia, pero como ha ganado peso en esta semana…

– Vamos a probar con una leche sin lactosa y salimos de dudas.

– Volvéis en cuatro días…

A todo esto, cada vez que alguien preguntaba ¿que tal el niño? y le decíamos que lloraba todo el día, teníamos que oír eso de ‘ bueno, lo que quiere son brazos, le estáis malacostumbrando, dejarle llorar que ya se callará’ o como decía mi abuela ‘ el ombligo lo tiene cerrado y la boca abierta’… ¡qué bien se educa a los hijos de los demás eh!

En esta vida todos deberíamos probar de todo un poquito… para cerrarnos la bocaza.

PostHeaderIcon La revisión del mes.

Cuando fuimos a la revisión del mes empezábamos a estar desesperados, ya habíamos empezado las pruebas con el famosísimo y fantástico Colikind (anisetes homeopáticos que merece la pena leerse el prospecto, ya que si hiciera todo lo que promete ningún niño tendría cólicos nunca jamás), por lo menos para Rubén eran como caramelitos  (¡que ricos!).

Voy a hacer un inciso para decirle a quien opine eso de ‘las pruebas con la gaseosa’. Que se pase días y días oyendo llorar a su hijo, y digo llorar y no gimotear, ni gruñir, no, digo LLORAR (con su LLO y su RAR como dice Aneta), que se pone morado, afónico y pierde la respiración, y luego me cuente si prueba todo lo que haya en el mundo para que su niño deje de sufrir, o nos tiramos todos por el balcón.

A lo que iba, en la revisión del mes, pues ya sabéis, medida 54 cm, peso 4200 Kg, perímetro craneal, auscultación, oídos,… todo fenomenal… :

-‘sí doctora pero llora mucho, se pasa el día llorando’

-‘es que tiene la tripa llena de gases, vamos a probar con el aerored, 10 gotas 3 veces al día’, ‘habéis probado los biberones….’

-‘sí, tenemos un stand de biberones en los que pone anticólicos que ni en el Corte inglés, pero sólo le gustan las tetinas de nuk y con las otras o se ahoga o se le sale todo…’

-‘si no mejoran los cólicos volvéis…’

Podéis imaginar que esto es un resumen claro…

PostHeaderIcon Diez días después…

Diez días después…

Diez días después…

Cuando hizo los diez días le llevamos a otro médico y después de mirarle y remirarle ‘el niño no tiene nada, está perfectamente’ ‘los cólicos no empiezan tan pronto, será que se queda con hambre…’JA

Poco a poco, los ratos en los que lloraba tenían un horario más fijo, de nueve a doce de la noche, era un llanto inconsolable (no para ni en brazos, ni en la cuna, da igual lo que hagas no parará hasta que quiera), y más de tres días a la semana, por no decir todos (definición del cólico del lactante).

Soy de la familia Madresfera!