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Escuela de padres
Acabo de llegar de una charla-coloquio que trataba sobre cómo influye la conducta de las padres en los hijos, que a su vez forma parte de lo que, muy acertadamente, han llamado ESCUELA DE PADRES.
La verdad es que la charla ha estado muy interesante, sólo que, cuando eres una persona con algún tinte obsesivo-compulsivo como soy yo, que cuando me preocupa un tema no soy capaz de
desconectar, y estoy erre que erre, buscando información, leyendo libros, internet, preguntando, etc… pues me ha sonado a MÁS DE LO MISMO.
Os hago un resumen:
- Que los niños imitan las conductas de los adultos, esto es, si tú le pegas cuando pega, aprende a pegar; que si eres muy competitivo, él será tan competitivo que no será capaz de relacionarse de un modo sano con la sociedad y, además, acabará frustrado, que si le gritas él te gritará,…
- Que hay que esforzarse en reforzar, pero no en exceso, las conductas positivas; cuando empieza a hacer cosas solito, cuando recoge la habitación, cuando se pone a estudiar el solo, cuando come sin levantarse de la mesa,… decirle lo bien que lo ha hecho y lo contenta que estás.
- Que las conductas negativas hay que castigarlas, entendiendo como castigo la eliminación de un privilegio, por ejemplo, nunca un castigo físico (aunque a esto hay una excepción).
- El castigo físico (entendido siempre como un cachete en el culo o en la mano), nunca justificado, sólo puede ser tenido en cuenta cuando el niño hace algo que pone en riesgo su vida, esto es, cuando se sube al alféizar de la ventana o mete los dedos en el enchufe. Y teniendo en cuenta que sólo funcionará si es algo muy EXCEPCIONAL, ya que entonces el niño se asustará.
En definitiva, sigo sin saber qué hacer para que duerma por las noches, para que pruebe el pescado, para que no se coma el papel, para que no tire las cosas al suelo diciendo ¿ah? como si se hubieran caido por obra y gracia del Espíritu Santo, cómo le explico que el que le pegue el niño gordo de su clase no es lo normal, que no se tiene que dejar, pero que no tiene que pegar a otros niños. Así es que seguiré buscando, como decía en la tapa de los yogures.