Fiesta fin de curso I
Venimos de parranda, porque hoy ha sido la fiesta de fin de curso del cole de Rubén. Bueno, ha sido la primera fiesta, la de fin de curso, que todavía nos queda la de graduación y el resumen de la tarde ludico-festiva…
No creáis que me he equivocado, no, esa es la cara de mi hijo de fiesta…
Llegamos sobre las cuatro de la tarde a una fiesta que consistía en una escenificación de un cuento por parte de las profes, después un poco de baile, un taller para hacer una careta y otro para hacer una piruleta de galleta y chocolate. Y yo me lo habría pasado muy bien si no fuera porque llevaba pegado a mi pierna una pequeña criatura que, no sólo, ‘no tenía el cuerpo pa´farolillos’, sino que además estaba especialmente ‘toca-narices’.
Durante el cuento no se quiso sentar si no era encima de mí (ya apuntaba maneras la tarde, sí), luego unos bailes amenizados por varias profes acompañadas de chiquillos bailongos, saltarines y correteadores, y que en ninguno de esos grupos se encontraba el mío, el mío era más bien del grupo de los muermos pegados a sus progenitores por si las moscas.
Después en el taller de las caretas, fuí yo la que me encargué de pintar la careta y sólo conseguí que se despegara de mí esa pequeña prolongación que había surgido desde mi cadera hacia abajo, para lavarse la mano que por casualidad, alguien que pasaba por allí, y no él, le había manchado con un poco de pintura ( que es muy limpio mi niño!). En el taller de cocina, las galletas estaban muy ricas pero ‘ mamá, no le untes chocolate que no me gusta!’.
Por fin salimos al patio y parecía soltarse con los platos de gusanitos hasta que alguien (vease, la ‘agüela’) decidió darle un Aspito que había conseguido entre la multitud embravecida, y que duró en sus frágiles manos ni un segundo hasta que cayó al suelo, lo que provocó un momento de pánico colectivo (madre-abuela-niño) seguido de uno de llanto infantil, como ya imaginábamos.
Pasado el mal rato, parecía que se iba a relacionar con otros niños cuando ‘noooooo!!!!’ su amigo, el único con el que había decidido jugar hoy, el único que hoy contaba con su beneplácito se está yendo.
-Mamá, yo quiero jugar con R. A.
– Pero, Rubén, es que ya se ha ido.
– No, yo quiero jugar con con R.A.
Y así sucesivamente, hasta que mis nervios de punta le preguntaron a mi hijo…
-‘ ¿quieres que nos vayamos?’.
– No, quiero quedarme un ratito (mientras que no se separa de mí, sin moverse como puesto por el ayuntamiento).
Y así sucesivamente, también.
Varias preguntas después, y varios minutos después sin hacer nada, ni movernos, decido que ha llegado la hora de irnos, cojo al niño y a la abuela y nos vamos.
CONCLUSIÓN: A la próxima fiesta, la de graduación, me voy sola, o con mis amigas, que yo sí bailo, sí pinto, a mí sí me gusta el chocolate… Alguien se apunta?
CONTINUARÁ…