Tarde creativa. Hoy pintamos con los dedos.
En estas tardes de invierno, en las que no sabes muy bien qué hacer con el niño en casa toda la tarde, se hace indispensable utilizar la imaginación para estar entretenidos y no ‘agredirse mutuamente’.
Esta tarde hemos decidido pintar con los dedos.
Desde que Papá Noel nos trajera un kit de pintura especial para manos y dedos (no sé si es un regalo para Rubén o para mí) llevamos buscando un momento para ponernos a ello, y esta tarde, aprovechando que hoy sí ha dormido siesta, como premio, damos rienda suelta a nuestra creatividad.
Lo primero, forrar la habitación con sábanas viejas o similares (plástico de pintura), nos ponemos la ropa adecuada (Rubén un baby y yo unos trapillos), echamos la pintura en un plato de plástico y… MANOS A LA OBRA!
– Rubén, sólo se pinta en el papel ¿vale?.
– Vale mamá.
Y yo preocupada por si acababa todo de colorines… Pero es que mi hijo es tan pulcro que pinta con un dedo y si se mancha otro me dice enseguida ‘mamá manchao’, ‘a pimpar’. Así es que, salvo nuestras uñas llenas de colores, todo lo demás quedó impoluto.
¿Habéis probado a pintar así con vuestros hijos? contadme vuestra experiencia.