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PostHeaderIcon De cómo Woody y Jessie se quedaron… visto por La madre.

 

Eso de que Woody y Jessie (los regalos de los RRMM) se quedan, ya lo veremos.

No tengo ningún problema con ellos, el problema es que fueron el trato que hicimos con los RRMM, se llevaban el chupete, con el consentimiento de Rubén, y nos dejaban los regalos, entre ellos Woody y Jessie.

Pero es que después de dos días mis fuerzas empiezan a flaquear.

Rubén no empezó a dormir siestas hasta que tuvo el año, y aún entonces las siestas duraban una escasísima hora y costaban muchos meneos. Después ha estado como un año durmiendo las siestas muy bien, hasta tres horas, pero las noches las pasábamos medio en vela, despertares frecuentes (4 o 5, e incluso 15 en una noche) y largos, ya que llegaba a desvelarse de tal manera que nos podíamos pasar tres o cuatro horas intentando que volviera a dormirse.

Pero llegó un día que todas estas penurias parecían que empezaban a desaparecer. Durante las vacaciones de verano hemos podido gozar de largas siestas junto con alguna que otra noche del tirón (hip-hip-hurra!!!). Y desde entonces hemos seguido, más o menos, bien (lo que yo considero bien son unos dos o tres despertares nocturnos alguno más largo que otro, pero llevadero).

Bueno pues llega la Navidad y, no sé por qué orden divina del cielo o viento alíseo que cambia, decidimos que con dos años ya es mayor para dormir sin chupete y que se lo llevarán los RRMM. Después de una ardua operación de lavado de cerebro que ha durado toda la Navidad, llega el día 5 por la noche y tan convencido él, deja el chupete junto con los demás ‘manjares’ dedicados a sus Majestades, y se va a dormir ‘como un niño mayor’.

Nos las prometimos muy felices después de la primera noche (no muy dura), con sólo tres despertares, con llanto por supuesto, y llegando a las 9 de la mañana sin haber sucumbido a las llamadas del chupete desde lo alto del armario de la cocina. Pero yo no hacía más que pensar en qué pasará a la hora de la siesta, pues no es lo mismo dormir de noche con el sueño de todo el día que dormir de día.

La segunda noche siguió los pasos de la primera. Sus tres despertares llorando y reclamando su chupete, y yo con la sensación de que me culpa a mí, por supuesto, que me debo parecer más al señor Baltasar que mi señor marido (no sé si será por mi pálido color de piel, o, lo que le agradezco mucho más, por el hecho de no tener barba).

Pero llega la primera siesta sin chupete y …. redobles de tambores….. todos mis miedos se hacen realidad (¡AY! si no es que yo sea muy lista, es que le conozco como si le hubiera parido o ‘cesareado’ que pal caso es lo mismo!)

Una hora y media tumbado en la cama, cantando, hablando, y diciendo ‘no quiero mimir, estoy cansado’ (paradojas de la vida). Y yo pensando ‘con lo fácil que sería coger el chupete del armario y ponérselo en la boca para que se calle y se duerma de una vez!’, ‘ total, ¡conocéis a alguien con 20 años que use chupete?’ pues yo tampoco, si las cosas al final caen por su propio peso!!!, ¿pero qué necesidad tengo yo de sufrir más por el sueño si con una simple goma con forma de pezón raro lo soluciono todo?.

Y El padre erre que erre, que yo me duermo contigo, que hay que dormir un poquito, que el chupete se lo llevaron los Reyes,… y bla bla bla, y yo sólo pensando ¿pero qué necesidad hay?…

Entonces, fue cuando se me ocurrió una gran idea (bueno, a lo mejor no es muy grande pero es la única que se me ocurrió después de una hora y media rechinando los dientes de pensar que ya no íbamos a disfrutar nunca jamás de una siesta en condiciones, que si no duerme siesta a las 6 de la tarde no hay un Dios que le aguante, y que ¡por Dios que se duerma YA!). La idea es la siguiente…

– Rubén, quieres que vaya a comprarte un chupete para que te puedas dormir??

– Sí… (respuesta imaginaria).

– Pues entonces todos los regalos de Navidad se van de casa. (Dicho esto mientras me ve recoger todos sus regalos en una caja y sacándolos de la habitación).

Pero esta es la realidad…

-Rubén, quieres que vaya a comprarte un chupete para que te puedas dormir la siesta???

– No quiero dormir. FINAL DEL PLAN.

– Pues si quieres como si no te duermes porque no te levantas de la cama hasta que yo lo diga!!!!.

Quince minutos después, por fin, se quedó dormido.

Todavía no he descartado el plan eh!

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Soy de la familia Madresfera!