Diario de un bebé con colicos

Rubén lleva dos noches durmiendo muy mal, y después de dos meses durmiendo bien (solo se despertaba 2-3 veces), han saltado las alarmas en mi cabeza, piii, piiii, algo anda mal.

Entonces me he puesto a pensar, y he llegado a la conclusión de que hay tres marcadores de salud del niño (de mi cosecha):

La comida, si el niño normalmente come, más o menos, bien y, ahora está inapetente, Piiiiiii, algo pasa. Si el niño normalmente come mal y empieza a comer bien, ALELUYA, es un milagro (pero eso es otro tema).

El nivel de actividad y el tiempo que juega o se entretiene solo, pues esto es directamente proporcional al bienestar del niño, un niño que se encuentra mal está pegado a las faldas de mamá constantemente, pero si, por el contrario, se entretiene o, mejor dicho, idiotiza, con los dibujos o metiendo y sacando cacharros de una caja, es que se encuentra bien.

Y el sueño, porque cualquier motivo es bueno para dejar de dormir. Que tengo mocos, que tengo tos, que tengo un pedo, que me sale un diente, etc…

Bueno, la primera noche pensé ‘será que se está poniendo malito’, mañana no le llevo al cole y a ver qué pasa. Pero es que de día está perfectamente bien, será tontería?…

Pues despues de dos noches durmiendo mal, he descubierto que, en este caso, el causante de tanta actividad nocturna es una muela que no puede salir en silencio sino que tiene que hacerlo por todo lo alto, o mejor dicho, a gritos.

Ains! si es que no se vuelve realmente a la rutina hasta que no vuelven las malas noches! Cómo os echaba de menos, noches en vela!