AAAAAAHHHH!!!!!
QUIERO DORMIR, QUIERO DORMIR, QUIERO DORMIR!
A lo mejor si lo repito muchas veces se cumple.
Una semana, una semana con sus siete días, cada día con sus noches y cada noche con un montón de minutos, todos ellos durmiendo a ratitos y entre sobresaltos. Y es que ha sido volver a echarse la siesta en el cole (mucho más corta de lo que solía cuando estaba de vacaciones) y volver a las noches nefastas.
Al principio pensé ‘serán los mocos que parece que tiene más ahora’, la segunda noche me aseguró que le dolían las muelas,… pero despues de una semam ya no lo tengo tan claro.
Y es que cuando empiezas a coger el sueñecito rico se despierta y empieza ‘mamaaaaá’, y a ti se te cae el alma a los pies porque ya hemos vuelto a empezar la serenata de todos los días, si no le haces caso continúa ‘ quiero agua’ con voz de pena, de voy a llorar ya mismo. Entonces te lo crees, por enésima vez, que parezco tonta, y te levantas rauda y veloz para darle agua y que se calle lo antes posible, a ver si puedes seguir con el sueño por dónde lo habías dejado (ooohhh!!! ilusa de mí). Si en el fondo ya sé que ese es solo el principio del fin.
Se pone a dar vueltas en la cama, se sube a horcajadas encima de la almohada, y se golpea en varias ocasiones con la pared o el cabecero. Hasta que vuelve a llamarme, lloriqueando, pero no quiere nada, o, mejor dicho, no sé qué quiere.
Hemos pasado noches tirados en el suelo de su habitación para que no esté solo, le doy al apiretal por si son las muelas, y nada.
Y encima ahora empieza el frío. Ayer leí en algún sitio que recomendaban mantener la casa a 20º y durante la noche bajar la temperatura a 17º. ¡Quéééé? Eso será si te piensas pasar la noche tapadita con tu edredón calentita toda la noche, pero si, como es mi caso desde hace dos años, las noches las pasas a una media de levantarte veinte veces por noche, pasando ratos tumbada en el suelo de la habitación del sujeto en cuestión, probablemente la segunda noche te llegarán los mocos a la barbilla y, por supuesto, pondrás la calefacción a veintitantos y el pijama de franela.