Paciencia. 1, 2 y 3… yo me calmaré… 4, 5 y 6… todos lo veréis
Según su definición, es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien.
Según mi punto de vista, es lo que hace que te quedes sin dientes de tanto apretarlos por no darle una voz al niño para que coma, deje de subirse a la mesa o de meter los dedos en el enchufe.
Según algunos otros es el trending topic de las recetas de los pediatras, o lo que es lo mismo, el top 1 en la lista de «medicamentos» recetados, porque vale para todo (como el paracetamol):
- Que el niño no duerme… paciencia.
- Que el niño no come… paciencia.
- Que el niño llora mucho… paciencia.
Y yo me pregunto: ¿qué tal andan ellos de la tan ansiada paciencia? ¿los pediatras tienen hijos o cuando hicieron el juramento hipocrático les hicieron firmar que no tendrían hijos para no llegar desquiciados a la consulta ya por la mañana temprano?.
Y es que desde bien temprano por la mañana parece que se empeñan en desquiciarte y que no llegues nunca al trabajo. Que si una hora para desayunar, que si me pongo a jugar con todo eso a lo que nunca le hago caso en vez de ir hacia la puerta de salida, que si salgo corriendo cuando veo que viene mamá con el abrigo, que si me pongo a hacer caca para que me tengas que cambiar cuando ya tenemos todos el abrigo puesto… y supongo que se os ocurren veinte cosas más.
Pues eso. Imagina que eres pediatra y cuando consigues dejar a tu hijo en la guarde tienes que ir a ver a otros cuarenta niños con mocos que nada más verte se ponen a llorar,.. uuuff!!! que por su salud mental, y la física de nuestros hijos sería mejor que no procrearan.
Yo creía que tenía bastante paciencia. Hasta que despues de pasar semanas oyendo llorar a Ruben sin saber qué hacer, cuando era bebé, y de aguantar ahora sus berrinches, su impaciencia (típica de los niños) y su aparente falta de atención cuando le dices NO, he descubierto que la paciencia tiene un límite.
Pero tambien he descubierto que su tenacidad llega más allá de mis pérdidas de paciencia; es decir, que aunque yo pierda la calma él sigue erre que erre y al final lo único que consigo perdiendo la calma es dar un paso atrás en su educación y nuestra relación, porque si le grito el mensaje que le transmito es «se puede gritar».
Así es que, como dar consejos es gratis, RESPIRA Y MANTENGAMOS LA CALMA.