Nuestro diario.
El sábado celebramos el cumpleaños de Rubén, y hoy hace un año que comencé este blog.
Y, ahora que ha pasado el tiempo, echando la vista atrás, veo que seguramente este no sea el diario de un bebé con cólicos, sino más bien “el diario de un bebé con reflujo gastroesofágico”.
Pero lo que tengo claro, es que es nuestro diario. Releyendo las entradas de hace un año, recuerdo aquellas tardes y aquellas noches, como iba de un lado para otro con Rubén encima sin parar de llorar.
Recuerdo las infructuosas visitas a los médicos, y como volvía de nuevo para seguir sin encontrar ninguna solución. Recuerdo la colección de biberones anticólico, y la sensación de que el negocio de los biberones anticólico y tanto médico diagnosticando cólicos del lactante tenían que estar unidas… Recuerdo especialmente una tarde, de paseo en un centro comercial, y la desesperación de que cada vez que conseguíamos dormir a Rubén en brazos, nada más meterle en el capazo se despertaba y empezaba a llorar. Recuerdo también la sensación de “alivio”, esa misma noche, al encontrar un bebé con síntomas parecidos, diagnosticado de algo real, con tratamiento, y cuyos padres habían conseguido empezar a “disfrutar de su hijo”.
A partir de ahí, el capazo al trastero, Rubén al portabebé hasta que pudo ir en la silla, el cabecero de la cuna elevado, y el tratamiento. Y todo eso está aquí reflejado. De vez en cuando puedo echar la vista atrás releyendo posts antiguos y recordar lo que hemos pasado. Quien sabe, tal vez algún día Rubén pueda leerlo también.