Parecidos Razonables
Estos últimos meses han sido un poco… ‘raros’, diría yo, sé que tengo el blog un poco abandonado y os pido disculpas. Entre el horario del cole, y que estoy embarcada en la ardua tarea de aprender cosas nuevas, cuando me siento delante del ordenador no me llegan las neuronas para más que mirar algunas fotos antes de que se me cierren los ojos.
En esta ocasión os vengo a contar algo curioso o, por lo menos gracioso. Hace unos días mi santo esposo me hace la gracia de traerme un muffin de chocolate para desayunar y cuando Rubén lo vió…
– Mamá, te vas a comer a Leny?
Esta noche ve en la tele a Bella ( de la Bella y la Bestia) y dice:
– Mamá es Cenicienta!
-Esa no es Cenicienta, Rubén.
– Sí es, pero lleva otros zapatos porque los de cristal se le han manchado.
Es que me quedo muerta!!!
¿Fondo de armario o lo del fondo del armario?
Haciendo el cambio de temporada en los armarios de mi casa. Me sobra demasiada ropa de Rubén que ya no le vale, y volvemos a comprar de todo otra vez. Si estáis en la misma situación que yo os voy a dar algunas ideas…
1. Páginas Web de intercambio o compra-venta de ropa de segunda mano…
www.grownies.com
Intercambia la ropa que ya no uses por aquella que se ajuste a tus necesidades actuales. Ofrece la ropa de tu hijo (desde bebés de 0 meses a niños de 8 años) que ya no uses, agrupándola en Lotes de entre 6 y 8 prendas. Por cada Lote que ofrezcas, podrás buscar y seleccionar otro Lote que quieras, recibiéndolo donde indiques. Y todo por solo 15,95€ (transporte incluido).
www.creciclando.com
Sube a creciclando lo que ya no usas, ropa, juguetes, accesorios de bebe, sillas de auto,… cuando alguien lo quiera y se lo lleve obtienes puntos, con esos puntos podrás llevarte lo que te interesa. Por sólo 2 euros + gastos de envío lo recibirás en casa.
www.segundamanita.com
Un canal a través del cual podemos dar y recibir de manera gratuita, productos relacionados con la infancia y los niños.
El sitio donde vender la ropa infantil “casi nueva” que se va quedando pequeña, ganar espacio en casa, ayudar a otros y al medioambiente y además sacar un dinerito. Y también para comprar.
2. Tiendas ‘físicas’ de segunda mano…(Madrid)
Doña Coletas
C./ Lopez de Haro, 18.
91 – 571 17 21 / 91 – 571 16 92
Metro: Francos Rodríguez.
Dos Manitas
C/ Hermanos de Pablo, 13
Metro : Pueblo Nuevo
91-154 20 28
Baby Eco
C/ San Bernardo, 100
91- 435 88 21
Son Cosas de niños
Avenida de la Albufera, 71.
91 – 437 30 38
3. Donar sin ánimo de lucro…
– Depositándola en contenedores. Cuidado con esto, porque hay mucha estafa en este ámbito. ¿Quieres saber cual es la empresa autorizada en tu ciudad? pincha aquí.
– Llevándola a un punto fijo. En Madrid, la ropa y el calzado se recogen en los puntos limpios, donde la valoran para donarla o desecharla. O bien llevándola a Caritas o Cruz Roja (busca tu sede más cercana).
– Directamente entregándola a personas necesitadas que encuentres en tu barrio, seguro que te lo agradecerán.
4. Para los más manitas…
Convierte una camiseta en una bolsa:
Convierte un jersey en un cojín:
Haz un ovillo de ‘trapillo’ para tejer:
Con una camiseta puedes hacer un cinturón:
Esto es lo que he hecho yo: es un broche para adornar camisetas o bolsos.
Alguna idea más? Déjame un comentario…
La vuelta al cole (pero de mayores)
Es que desde que tienes un hijo siempre tienes alguna preocupación en la cabeza??
Ahora el colegio. Mañana empezamos el cole de mayores…
Vamos a ponernos en el lugar de los niños. Mamá nos deja en un sitio muy grande y desconocido, con un montón de niños que no por ser niños tienen por qué ser mis amigos, con una persona adulta que no conozco de nada pero es la responsable de mi bienestar, y el bienestar de otros 24 niños como yo, no sé cuánto tiempo voy a estar aquí porque mi percepción del tiempo es muy relativa aún, no sé qué vamos a hacer, que viene después, y tengo mucho miedo de que me dejen aquí para siempre…
Ah!! se me olvidaba, además tengo entre 10 y 20 niños alrededor llorando…
No tendríais miedo? Yo quiero llorar sólo de imaginarlo.
Me acuerdo que la primera vez que dejé a Rubén en su cole, era solo una hora, y me fui a hacer la compra, me encontré una amiga con la que no pude reprimir las lágrimas y contarle la sensación de abandono que tenía. Con el tiempo, aquel entorno que me pareció hostil para mi pequeño de ocho meses se convirtió en ‘su cole’, y aquella profe que me pareció ‘demasiado joven para 8 niños’ (lo siento Carol pero aparentas menos edad ;)) se convirtió en la figura de referencia de mi hijo, no la dejaba ni a sol ni a sombra, y demostró que sabía hacer su trabajo perfectamente.
Intentaré tener la mente abierta a la posibilidad de que se repita la historia, e incluso a la posibilidad de que le guste el cole y vaya contento. Pero ahora, me voy a permitir el lujo de no dormir que tengo muchas cosas que pensar.
Continuará…
Echar la vista atrás (Tres años)
No tenías ningunas ganas de salir, eso está claro, y no me extraña pues todavía no había llegado el momento.
No me puedo creer que ya hayan pasado tres años de la primera vez que nos vimos, tú moradito, arrugado y en una postura imposible de repetir, y yo en uno de mis peores perfiles. Ya hace tres años que entré en aquel hospital pensando que saldría con otro informe de reposo relativo, como los anteriores. Hace tres años que mis oídos oyeron a la matrona decir ‘estás de parto’ pero mi cerebro no llegó a procesar esa información. No me parece que haga tres años que estaba oyendo tu corazón en el monitor.
Recuerdo bromear con la anestesista, por culpa de los nervios, la conversación del médico con las enfermeras e incluso recuerdo el sonido de mis latidos conectada a aquel dedal pensando ‘ mientras esto pite es que estoy viva’.
Curiosamente lo que más recuerdo es lo fría que tenías la nariz cuando te acercaron para que te besara, y ese fue el primero de miles, de millones de besos, el primer beso que le di a mi príncipe azul . Porque como leí hace poco, sólo una mujer que tiene un hijo varón puede decir que ha conocido a su príncipe azul.
El primer año fue duro, muy duro. Me pesa tanto no haber podido disfrutarte más cuando eras bebé, pero me compensan los buenos ratos que pasamos después, cuando dejaste de ser ese bebé llorón e irritable para convertirte en el niño bueno y sensible que eres ahora.
Me gustaría poder explicarte lo que siento por ti, pero es imposible, solo cuando seas padre lo entenderas, y me entenderás como yo entendí a los míos.
Basado en hechos reales
Y ahora que ya han pasado varios días, voy a contar los hechos tal y como yo los viví, que puede no ser la realidad pero es MI realidad.
El pasado jueves por la tarde, debido a la ola de calor africana de siempre (que alguien tenía que tener la culpa), llevabamos ya muchas horas encerrados en casa y para que Rubén se desfogase y nos diera un poco el fresco, decidimos visitar un centro comercial y hacerles gasto de aire acondicionado, que a mí me sale muy caro, con la excusa de hacer uso y disfrute de su parque de bolas.
Una vez allí, y quitados los zapatos, Rubén se encamina hacia el pequeño recinto de 1×1 m lleno de bolas y nada más llegar y levantar la mano en plan saludo, ¡mira mamá dónde estoy!, aparece un pequeño monstruo en forma de niña, que le calculo yo unos 18 meses (mes arriba, mes abajo), que sin ningún género de dudas le propina un pellizco en el moflete, en plan ‘chavalín!!!’, que deja a Rubén con lágrimas en los ojos mientras me dice gritando ‘mamá, me ha hecho daño!!!’.
No he tenido tiempo todavía ni de dejar las zapatillas en su sitio y me encamino hacia el lugar de los hechos, haciendo ese típico sonido de ¡¡sshhh!! ¡¡sshh!!, intentando llamar la atención del pequeño ser en forma de niña diabólica, o en su defecto de la persona responsable de ella. Tal y como os podéis suponer (aunque yo en ese momento no fuí consciente) ni la cosa en forma de niña ni nada parecido a su progenitor se dieron por aludidos.
Durante mi camino a rescatar a mi hijo de las manos de aquella fiera que seguía en su afán violento ( esto es, cuestión de segundos, oiga), Rubén se inclinó intentando zafarse del bicho con la mala suerte (que yo lo llamaría destreza) de que el ser le cogió, se inclinó y le propinó tal mordisco en la espalda, que todavía dudo si tendré que ir a ponerle la vacuna de la rabia o la camiseta habrá servido de barrera eficaz.
Ni mi hijo gritando desesperado ni mi espectáculo apartando obstáculos de mi camino hicieron mella en ningún progenitor de los que allí se encontraban. Lo cual a mí me encabronó mucho más que el hecho en cuestión, y me puse a buscar un responsable.
Primero pregunté a una pareja, que habían visto todo, y me confirmaron que a su hija también la había pegado. Mi enfado no hacía más que aumentar por momentos.
Pregunté a otra persona y tampoco, con lo que el Gremlin-progenitor sólo podía estar donde se ponen los padres despreocupados cuando dejan a sus hijos en el parque de bolas. En el banco de al lado, hablando tranquilamente y tocándose las narices (perdón, creía que se me había pasado más el enfado).
Nos acercamos al banco en cuestión preguntando por el responsable de la cosa de rosa. Enseguida se levantó una persona (supongo la madre) acompañada de otra más mayor (supongo la abuela) que completamente ajenas a lo sucedido no pudo más que decirme, al ver el mordisco en la espalda de Rubén, que en cinco minutos que te despistas…
Os había dicho que estaba enfadada?, cabreada?, indignada?,… creo que se me salieron los ojos aunque no me di cuenta, estaba pendiente de no cagarme en ningún ascendente de aquella familia, no soltar ningún improperio (por eso de que si pierdes las formas pierdes la razón), y de que, por supuesto, todos los que estuvieran alrededor se enteraran de lo que había pasado (aunque no creo que supieran ni lo que es la vergüenza).
Creo que le dije que si estaba a gusto allí sentada mientras su hija iba caneando a todo el que se le cruzaba, que si no tenía vergüenza, y que no habían sido cinco minutos pues antes había agredido, por lo menos, a otra niña, sin que ella se enterara. Le dije que me daba igual lo que hiciera su hija, que el problema lo tenía ella si no era capaz de prestar atención a su comportamiento.
En cuanto me di la vuelta para irme, intentando controlar mis pulsaciones (una, dos y tres yo me calmaré…), oí algo relacionado con ‘la guardería’.
¡Aaaaahhhhh! Me giré tan rápido que creo que me desnuqué en el movimiento.
¿Me estaba insinuando que eso pasa todos los días en la guardería?, ¿me estaba tratando como a una madre primeriza que deja a su hijo en casa para que no le toquen en la guardería?, ¿a mí? ¿a la defensora de la escuela infantil? ¿a mí?, que mi hijo lleva en escuela infantil desde los 8 meses!!!
Me fui hacia ella y le dije ‘mira, mi hijo lleva tres años en guardería y nunca me ha pasado eso, ¿sabes por qué? porque hay que estar pendiente de ellos’ ‘ si vas a un sitio público donde se va a relacionar con más niños estate pendiente de lo que hace y si hace algo malo (que lo hacen todos) estate ahí para regañarla, castigarla o sacarla del juego, como hacemos los demás’.
Juro por Dios que no recuerdo la cara de la niña, pero la de la madre sí.
Me arrepiento de haberme ido de allí pues creo que la que tenía que haber abandonado el juego era la bicho-niña y su bicho-familia.
Cierto es que mi hijo debería aprender a defenderse, pero también es cierto que a mí me da vergüenza cuando mi hijo tiene algún comportamiento agresivo y está claro que a los demás no.
Que nadie se confunda, entiendo que los niños son impredecibles, que a veces no saben resolver sus frustraciones sino es pegando, y que no se debe hacer un mundo de ello. De lo que yo me quejo es de la pasividad de algunos padres, y de la permisividad excusándose en que si la guardería o no sé qué.
El Graduado…
Contenta y triste, así es como me siento yo ahora.
Contenta porque esta tarde me he sentido como la madre de la Pantoja, al ver a mi pequeño actuar delante de un público muy entregado (que para eso los hemos ‘parío’) y sin ningún atisbo de duda en sus gestos, pues conocía perfectamente las canciones, se sabía los pasos y no ha dejado (lo cual me extraña mucho) que la vergüenza que normalmente le caracteriza aplaque sus ganas de darlo todo. Henchida de orgullo he visto cómo mi niño ha recogido su diploma de graduado sin que le temblara ni la voz mientras a mí me temblaban las pestañas.
Además, a todo esto le sumamos el éxito de crítica y público de la actuación de las mamás molonas (como yo nos he bautizado)… Empiezo a buscar manager para los bolos que tengo pensados para este verano. Una mané en la orejé y la otra mané en la otra orejé, con una nariz de payaso para camuflar nuestras vergüenzas y algún que otro paso equivocado. No ha debido estar muy mal cuando se nos ha hecho tan corto!!!
Triste porque la fiesta de hoy pone punto y final a la vida escolar de mi niño tal y cómo la conocía hasta ahora. Es el principio de una nueva etapa y como tal a mí me supone un estrés que creo que este verano me voy a quedar sin pelo sin tener que pasar por el láser ni ná. Me da mucha pena que mi hijo pierda el contacto con los que han sido los primeros amigos de su vida y me genera mucha inquietud todo el tiempo que va a tener que pasar hasta que su nueva profe le conozca como ya le conoce ‘su profe’. Lo único bueno, por ahora, es que Rubén no es consciente de este cambio y espera empezar en un cole nuevo pero con su misma profe y sus mismos amigos, ¡vaya chasco se va a llevar!.
Ains!!!
Fiesta fin de curso I
Venimos de parranda, porque hoy ha sido la fiesta de fin de curso del cole de Rubén. Bueno, ha sido la primera fiesta, la de fin de curso, que todavía nos queda la de graduación y el resumen de la tarde ludico-festiva…
No creáis que me he equivocado, no, esa es la cara de mi hijo de fiesta… Leer el resto de esta entrada »
Amenazando voy, amenazando vengo…
En el desarrollo de un niño, como ya sabréis, va pasando por distintas etapas, la del ‘no’, la del ‘por qué?’, la de las rabietas,…
Pues yo llevo anclada ‘meseeees’ en la, llamémosla, etapa de las amenazas. Me explico. Leer el resto de esta entrada »
Un regalo muy especial
Dentro de unos meses Rubén cumplirá tres años, lo que significa que el próximo curso empezará en un cole ‘de mayores’, lo que, a su vez, significa que ya no tendrá la misma profe que ha tenido durante los tres cursos de escuela infantil. Lo cual no sé si le dará más pena a Rubén o a mí.
Yo tengo el corazón encogido sólo de pensarlo y he estado durante mucho tiempo pensando en hacerle un regalo a su profe que fuera muy especial. No me apetecía ir al Corte Inglés y comprarle una tarjeta de regalo que gastará y no volverá a recordar. Me apetecía hacer algo con mis manos y con ayuda de Rubén si pudiera ser.
Como ya sabéis, me encanta hacer manualidades y este año me he dedicado especialmente a la encuadernación y cartonaje, con lo que decidí hacerle esto… Leer el resto de esta entrada »